La Feria Nacional de Café se celebra desde el año de 1949 y se instituyó por la importancia de este cultivo en la economía de Cuetzalan.
Mientras que, la Feria Nacional del Huipil (prenda femenina de la vestimenta tradicional de la región) se conmemora desde 1962, y su fin es el de rescatar las costumbres y raíces, alimentando con esto la conservación y la pureza de la mujer indígena.
Se programan varias actividades, entre ellas:
- La elección de la Reina de la Feria
- Danza tradicional de Los Voladores en el atrio de la iglesia
- Venta de café cosechado en Cuetzalan.
Desde hace 49 años, el pueblo mágico de Cuetzalan, un municipio enclavado en la sierra nororiental con una gran riqueza cultural de las etnias náhuatl y totonaca, efectúa la elección y la coronación de la reina del Huipil, cuya indumentaria es realizada con las propias manos de las mujeres indígenas y representa su identidad.
La tradicional feria de Cuetzalan, tiene dos reinas, una es la reina del Café y la otra, la reina del Huipil, el último acontecimiento es toda una fiesta y para las doncellas participantes, más allá de la vanidad, es un verdadero honor representar a su gente.
Cada 4 de octubre se elige y se corona a la reina del huipil y para ello, las once doncellas, ocho de las juntas auxiliares y tres comunidades que hay en Cuetzalan, llegaron con pun-tualidad a las siete de la mañana, vestidas con los trajes tradicionales y cuya vestimenta se debe de respetar al 100 por ciento, pues si se le agrega un accesorio ajeno, enton-ces se altera este requisito de la convocatoria.
Pero además, el Consejo de los Ancianos también formado por once hombres, cada uno originario de las juntas auxiliares y comunidades, se dieron cita muy temprano, a la explana del templo en honor a San Francisco de Así para escuchar los temas que primero en náhuatl y después en español expondrían las doncellas para defender sus locali-dades y así ganar el honor de ser reinas.
Entre los aspectos que califican a las doncellas son que cuenten con rasgos autóctonos, que sepan náhuatl y español, que tengan una edad entre 15 a 20 años y que sepan tejer el huipil en telar de cintura de origen pre-hispánico -una prenda que es considerada sagrada-, po-seer belleza y pureza y portar un listón de diferente color.
El Consejo de los Ancianos, escucharon a cada una de las doncellas desarrollar un tema acerca de sus comunidades, de la historia y leyendas y de las cualidades que poseen para ser dignas portadoras del huipil.
Después, ahí en el centro del atrio, se reunieron y formaron un círculo cerrado para que nadie de los asistentes pudiera ver, el conteo de los listones para saber quién es la reina. Una vez hecho esto, el tatiaxca, subió al templete en donde están todas las doncellas y sacudió su cotón para que como una especie de serpentina, saliera listones rojos, para anunciar la elegida.
El tatiaxca, saluda a la reina electa y después a las otras 10 doncellas. Después toca el turno al presidente municipal y a la delegada de la Comisión para los Pueblos Indígenas, entregar la indumentaria que portará para la coronación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario